El reciente jueves 27 de octubre hubo un bloqueo en las carreteras de diferentes partes del país ocasionado por líderes campesinos de Michoacán, Jalisco y Guanajuato. La intención de aquella manifestación es elevar el precio de garantía de maíz a 7,200 pesos por tonelada, frente a los 3,129 pesos que mantiene la competencia.

Los costes de los agricultores son mayores que sus ingresos, no pueden entrar a competir en el mercado, y esto no es culpa del precio de equilibrio, más bien, el Gobierno de Estados Unidos apoya con subsidios a sus propios agricultores quienes exportan sus productos a México, y gracias al Tratado de “Libre Comercio” estos no pagan ningún tipo de arancel, ocasionando que haya una competencia desleal. Esta práctica que realiza el Estado vecino, es la misma por la cual se queja del gobierno de China, ellos subsidian al mercado automotriz permitiendo que el precio de los autos eléctricos sea menor e impidiendo una libre competencia contra los autos americanos. Pero piensan que si ellos se lo hacen a otro país, entonces no tiene nada de malo.

La gente que tiene poco contexto económico de este tipo de situaciones suele culpar al capitalismo y al sistema de libre mercado, llamándolo “injusto”. La realidad es que el problema no es el mercado, sino la intervención del Estado que distorsiona los incentivos, protege monopolios y empobrece al productor.

Desde 1871, la Escuela Austriaca de Economía ha explicado el funcionamiento de la economía, los precios y el valor subjetivo. Así como los principios de la propiedad privada y el libre intercambio voluntario. Entender estos conceptos básicos nos ayuda a poder comprender el funcionamiento de la Acción Humana y sus interacciones económicas.

Cada bien intercambiable contiene un valor subjetivo asignado por la mente del individuo, cada persona le asigna ese valor según la importancia que tiene el bien para satisfacer sus deseos o necesidades. De esa interacción de millones de valoraciones individuales, surge el precio.

El precio, especialmente para el Padre de la Escuela Austriaca, Carl Menger, es el punto de encuentro entre las valoraciones subjetivas de los compradores y vendedores. No es el deseo del comprador ni el deseo del vendedor, es un punto de equilibrio entre ambos determinado gracias a la oferta y la demanda.

Un precio artificial impuesto por el Estado genera distorsiones en el mercado. Rothbard explica que esto ocasiona que el consumidor quiera comprar más, pero evitando que los productores tengan incentivos para vender. El precio es una brújula en el mercado que indica dónde hay demanda, escasez o abundancia. Así mismo, los controles de precios son en beneficio del político, no del individuo. En lugar de traer precios justos, estos generan corrupción y dependencia.

Otro tipo de intervención económica por parte del Estado es la inflación, cada que el estado emite dinero nuevo, antes se pensaba que con imprimir más billetes era suficiente, sin embargo, el Banco Central también usa dinero electrónico que luego es reflejado directamente en depósitos de cuenta corriente. El gobierno emite bonos para financiar gasto, el BC los compra con dinero creado digitalmente y este entra al sistema financiero. La inflación provoca que el dinero que ganas este año, pierda valor el próximo. El Estado roba poder adquisitivo sin que la gente vea que le metió mano al bolsillo.

Entonces, ¿qué propone la Escuela Austriaca ante esta terrible situación?

Primeramente, el comercio agrícola tiene que ser libre, tanto de aranceles como de subsidios cruzados, permitiendo que el precio se forme de manera natural según la productividad, calidad y demanda. En cuanto al gobierno mexicano, reducir impuestos y trabas burócratas a sus productores. Subsidiar o fijar un precio en el mercado no logrará que el problema de causa raíz realmente se termine, más bien ocasionará nuevos, si realmente desea disminuir sus costes, que les quite impuestos, burocracia y que les permita realmente trabajar. Por otro lado, como sector privado, brindarles educación financiera y económica a los campesinos les servirá para poder administrar sus recursos y enfrentar esta situación económica. El verdadero apoyo al campesino no es un paternalismo, sino la libertad.

En conclusión, lo que está en juego no es solo el precio del maíz, sino nuestra libertad para decidir, producir y vivir sin que el Estado intervenga en cada paso. Cada control de precios, cada impuesto, cada traba burocrática, y hasta la inflación invisible que reduce el valor de nuestro dinero, son recordatorios de que cuando el gobierno intenta “ayudarnos”, muchas veces lo que hace es controlarnos y empobrecernos. El precio no es una cifra arbitraria; es la señal que nos dice dónde hay escasez, abundancia o necesidad. Manipularlo no solo distorsiona la economía, sino que rompe la brújula con la que nos orientamos en la vida cotidiana, en nuestras decisiones y en nuestro trabajo. Los agricultores no piden privilegios, piden poder subsistir en un mercado donde su esfuerzo y su creatividad tengan valor real, no sometido a decretos ni a subsidios ajenos.

La verdadera solución, según la Escuela Austriaca, está en dejar que el mercado funcione libremente, en reducir impuestos, burocracia y barreras que impiden competir, y en brindar educación económica para que cada productor pueda administrar sus recursos de manera inteligente. La libertad económica no es paternalismo: es respeto por el trabajo, por la propiedad y por la capacidad de cada individuo de decidir sobre su vida. Sólo cuando comprendamos que el comercio es libertad y que los precios son información, podremos construir un campo donde el maíz, el esfuerzo y la vida misma no estén atados a la mano del Estado, sino a la fuerza de nuestras decisiones, nuestra productividad y nuestra dignidad.

Por Montserrat Portilla

Montserrat Portilla es una internacionalista y máster en Economía y Políticas Públicas por la universidad de las Hespérides. Apasionada por la Escuela Austriaca y la escritura, es autora de varios artículos y ensayos sobre política y econmía desde una perspectiva libertaria. Es activista en redes sociales para la promoción de las ideas liberales liderando el grupo "Chavos Libertarios".

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