América Latina vive un reacomodamiento histórico. Después de dos décadas dominadas por el relato progresista, una nueva ola, liberal, libertaria y antiestatista, está empezando a redibujar el mapa político del continente. Y, por primera vez en mucho tiempo, la disputa no es solo electoral: es cultural.

El triunfo de Javier Milei en Argentina fue más que un cambio de gobierno. Fue un cambio de paradigma. Su irrupción quebró el consenso populista que había marcado la política regional desde los tiempos de Chávez, Lula y Kirchner. En una región acostumbrada a gobiernos que prometían “Estado presente” y subsidios eternos, Milei puso sobre la mesa palabras prohibidas: libertad, mérito, esfuerzo y propiedad privada.

Mientras tanto, el fenómeno Nayib Bukele en El Salvador consolidó otro tipo de rebeldía: la del orden. Un líder joven, digital, que desafió los manuales de derechos humanos para recuperar la seguridad perdida. Su popularidad descomunal revela algo que las élites globales no quieren ver: los pueblos ya no toleran que la corrección política se imponga por encima del sentido común.

En el otro extremo del tablero, el progresismo resiste con sus últimos bastiones. Gabriel Boric intenta reinventarse en Chile, atrapado entre el desencanto de sus bases y la falta de resultados. Gustavo Petro en Colombia se enfrenta a un creciente aislamiento interno. Y Lula da Silva, en Brasil, gobierna un país dividido, con un electorado que le da la espalda mientras su autoridad moral se diluye.

No se trata solo de gobiernos. Se trata de una batalla entre dos visiones de mundo:
una, que cree que el Estado debe moldear la vida de las personas;
otra, que sostiene que las personas deben emanciparse del Estado.

La región se ha convertido en un laboratorio ideológico. Lo que antes se exportaba desde Caracas o La Habana, hoy se mira desde Buenos Aires o San Salvador. Y aunque la vieja izquierda aún conserva poder en organismos internacionales y medios aliados, ya no tiene el monopolio del relato.

El péndulo latinoamericano está girando. No hacia la derecha clásica, sino hacia algo nuevo: una generación que desconfía del Estado, de los políticos y de los medios; que quiere menos discurso y más resultados; que ya no teme decir que el progresismo fracasó.

El nuevo mapa del poder no se mide solo en presidentes, sino en ideas.

Y esas ideas. libertad, orden, responsabilidad, están empezando a reconquistar un continente que parecía condenado al populismo eterno.

Publicado originalmente en https://danilerer.com Análisis sin fronteras: https://danilerer.com/el-nuevo-mapa-del-poder-en-america-latina/

Dani Lerer.- licenciado en ciencias políticas, analista internacional, columnista y comunicador argentino, especializado en seguridad, terrorismo y crimen organizado. Director Ejecutivo del FICAYD, Foro Internacional Contra el Antisemitismo y la Discriminación

X: @danilerer

Por Víctor H. Becerra

Presidente de México Libertario y del Partido Libertario Mx. Presidente de la Alianza Libertaria de Iberoamérica. Estudió comunicación política (ITAM). Escribe regularmente en Panampost en español, El Cato y L'Opinione delle Libertà entre otros medios.

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