Durante dos décadas, Argentina ha estado cautiva de un sistema tributario asfixiante , construido por gobiernos que, a partir de la era Kirchner, veían al Estado no como un árbitro imparcial, sino como un actor voraz. Hoy, con Javier Milei , la situación está amainando.

Punto de inflexión trascendental

Esto se ve respaldado por los datos publicados por Econviews , que pronostica que para 2025, la carga tributaria caerá al 26% del PIB, un nivel no visto desde 2006. Otros medios de comunicación, incluido el conocido Infobae , estiman un nivel ligeramente superior, en torno al 29%. Estas diferencias se relacionan con los criterios adoptados, pero no alteran la esencia del cambio y confirman una división histórica, a la que periódicos y sitios web, desde Derecha Diario hasta Chequeado , han dado amplia cobertura, enfatizando su carácter trascendental.

Reducir los impuestos significa devolver la dignidad al trabajo y a las empresas . Al mismo tiempo, marca el fin de la retórica según la cual el Estado debe autoabastecerse con nuevos impuestos para mantener el gasto y el clientelismo. El presidente argentino ha optado por el camino opuesto: recortar decenas de impuestos, eliminar cargas que pesaban sobre consumidores y productores, y rebajar los aranceles que protegían a los monopolios e inflaban los precios.

El “plan motosierra” resulta así no ser un artificio teatral, sino la traducción política de una verdad elemental: cada peso que se le resta al recaudador de impuestos es un peso que se le devuelve a la libertad .

El contraste con el período anterior es sorprendente. De 2002 a 2015, la presión fiscal aumentó del 18% al 31%, señal de un saqueo progresivo y legalizado. Los gobiernos creían que mayores impuestos significaban mayor justicia. En realidad, solo lograron más corrupción, más inflación y más desconfianza. El saqueo sistemático ha frenado la inversión y empujado a millones de argentinos a la economía informal. Es precisamente aquí donde surge la importancia del cambio: revertir una tendencia de veinte años que parecía irreversible .

El tabú estatista se ha roto

Milei, al traducir las teorías de la Escuela Austriaca de Economía a la práctica, tuvo la valentía de romper un tabú: no se limitó a modificar los impuestos aquí y allá, sino que atacó la idea misma de que el Estado debería ser el eje de la vida económica. La reducción de los impuestos al comercio, la eliminación de los aranceles a los teléfonos celulares y productos electrónicos, y la promesa de nuevas reducciones para 2026 forman parte de un plan coherente .

Su país intenta escapar de una espiral de decadencia demostrando que la riqueza no surge en los ministerios , sino que se produce en el libre encuentro entre la oferta y la demanda, en el mercado, mediante la cooperación social voluntaria.

Ejemplo para Europa e Italia

La trascendencia política de este cambio trasciende Buenos Aires. En un momento en que Europa e Italia siguen aumentando los impuestos y las regulaciones, el caso de la República Sudamericana demuestra que la vía de los recortes fiscales no conduce al desastre, sino al renacimiento . Devolver recursos a quienes producen significa multiplicar las oportunidades. Permitir que los ciudadanos elijan libremente significa empoderarlos.

Recortar los impuestos y el gasto público no es un suicidio , sino la única manera de restablecer el equilibrio y la confianza. Es una lección que Roma y la política italiana en su conjunto deberían reflexionar, especialmente mientras siguen impulsando nuevos impuestos sobre el patrimonio y restricciones cada vez más estrictas.

Por supuesto, el camino no está exento de riesgos . La resistencia de las burocracias y las corporaciones (la «casta») es fuerte, al igual que la tentación populista de volver a los subsidios fáciles. Sin embargo, la dirección es clara: menos Estado, más sociedad.

La verdadera emancipación

Esto no es un dogma ideológico, sino más bien una observación empírica. Cada reducción de impuestos supone una expansión del espacio cívico , cada arancel abolido amplía el margen de elección, cada recorte del gasto priva de oxígeno a la clientela.

La noticia que publican los medios argentinos no es, por lo tanto, un episodio técnico, sino un punto de inflexión que redefine la relación entre los ciudadanos y el poder . Donde el Estado se abstiene de imponer impuestos opresivos, se abre espacio para la responsabilidad individual. Donde este retrocede, el individuo avanza. Esta es la verdadera emancipación: no en recibir dádivas desde arriba, sino en ser capaz de construir el propio destino sin ser devorado por el fisco.

Por supuesto, ha habido y seguirá habiendo críticas. Los sindicatos, como de costumbre , denuncian recortes «antisociales», mientras que la oposición teme un colapso de los servicios públicos. A pesar de ello, los mercados reaccionan con confianza y los inversores observan con interés cómo el país intenta liberarse de su soga fiscal.

La lección argentina

Es un marcado contraste con el nuestro, donde la carga fiscal se mantiene por encima del 42% del PIB y cada intento de reducción se ve compensado por nuevos impuestos. La brecha entre ambas vías es abismal: la brecha entre el estancamiento y la esperanza .

La lección argentina, por lo tanto, suena como una advertencia universal : las naciones se empobrecen no porque los individuos se queden con el fruto de su trabajo, sino porque los Estados lo exigen. Y cuando cesan las exigencias, la sociedad respira de nuevo, crece y prospera. Hoy, Argentina respira de nuevo, y lo hace bajo la bandera de la libertad fiscal.

Publicada originalmente en Nicolaporro.it: https://www.nicolaporro.it/atlanticoquotidiano/quotidiano/aq-economia/la-motosierra-fiscale-di-milei-una-lezione-per-leuropa-e-litalia/

Sandro Scoppa: abogado, presidente de la Fundación Vincenzo Scoppa, director editorial de Liber@mente, presidente de la Confedilizia Catanzaro y Calabria.

X: @SandroScoppa

Por Víctor H. Becerra

Presidente de México Libertario y del Partido Libertario Mx. Presidente de la Alianza Libertaria de Iberoamérica. Estudió comunicación política (ITAM). Escribe regularmente en Panampost en español, El Cato y L'Opinione delle Libertà entre otros medios.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *